Inversión en mercados emergentes

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La inversión en mercados emergentes es una de las opciones para que la rentabilidad de los ahorros se dispare sustancialmente. Pero también conlleva unos riesgos de los que no ajenos los inversores más expertos. No en vano, sus caídas pueden dar al traste con las ilusiones de éstos.

Es conveniente que los inversores minoristas sepan esta característica de los mercados. Fundamentalmente para no verse arrastrados por una espiral bajista en sus cotizaciones. Y que aunque algunos emergentes cuentan, según los analistas bursátiles, con gran potencial de revalorización, su riesgo puede contraer la entrada de muchos accionistas a sus mercados.

Además, no todos los mercados emergentes son iguales, por supuesto que no. Están algunos con grandes proyecciones en sus economías (India, México, China, etc.), mientras las perspectivas de otros no son nada halagüeñas (Rusia y Brasil, entre otros).

Por lo que, si el inversor – a pesar de todo – quiere involucrarse en estos mercados, lo deberá hacer con precaución. Y sobre todo eligiendo aquellos que cuenten con el beneplácito de los brokers.

Otro inconveniente que genera su contratación es que sus comisiones son más altas que en los mercados nacionales. Probablemente casi el doble, lo que encarecerá la operación sensiblemente. Y por otro lado, sus valores son más difíciles de seguir, en muchos casos con horarios cambiados que dificultaran su seguimiento.

Es realmente aconsejable, que antes de optar libremente, los usuarios se pongan en manos de un analista financiero, que será el que determine finalmente si es recomendable la operación y bajo qué condiciones. Nadie mejor que estos profesionales para detectar nuestras necesidades para la inversión. Y que en cualquier caso, sin ningún coste económico por nuestra parte.

Y si a pesar de todo, la decisión es claramente por estos mercados, hacerlo limitando los riesgos en lo máximo posible. Y que es podemos desarrollar un importante patrimonio a través de las plusvalías de estos mercados, pero también dilapidar muchas horas de nuestro trabajo con sus pérdidas.

En cualquier caso, nuestras aportaciones no deberán representar una parte muy elevado del capital destinado a la inversión.