Fondos monetarios

inversión

Los fondos de inversión monetarios son los más parecidos a los depósitos bancarios. Y al descender estos últimos en su rentabilidad, ha propiciado que muchos pequeños ahorradores hayan vuelto sus miras hacia esto fondos. Y que prácticamente están comercializados por todas las gestoras. Pudiendo ser contratados bajo una amplia oferta de divisas. Ya no solamente el euro, sino también la libra esterlina, coronas, francos suizos, incluso en dólares norteamericanos.

Son fondos muy conservadores, que no incorporan oscilaciones muy acusados en el precio de sus participaciones. Es por ello, por lo que su rentabilidad anual no es excesiva, entre el 1% y 3% aproximadamente. Pero que cuentan, por lo general, con unas comisiones de gestión más asumibles para sus partícipes, y que raramente sobrepasan la barrera del 1%.

Permiten crear una pequeña hucha para que los ahorradores dispongan de sus aportaciones con algo de interés. Estos fondos pueden suscribirse desde importes mínimos que están adaptados a todas las economías, desde 500 euros. Y que en cualquier están dispuestos en formatos muy diversos lo que genera una gran flexibilidad en su contratación.

La forma más habitual para contratar estos fondos es en euros, pero en función de la evolución de las diferentes divisas, puede ser rentable formalizarlo en otras, aun con el riesgo de verse penalizados por una evolución no deseada, que incluso puede verse inmersa con una depreciación en el precio de sus participaciones.

No obstante, es la alternativa natural a los depósitos o pagarés bancarios, por la propia estructura de la composición de sus carteras de inversión. Pero también por el tipo de perfil al que van dirigidos estos productos: personas conservadoras, en donde prima más la seguridad al riesgo, y que no desean comprometerse a través de inversiones más arriesgadas.

En la actualidad, no es un modelo de inversión que proporcione muchas alegrías a los ahorradores, ya que la rentabilidad que se puede obtener a través de las divisas no es excesiva, y puede combinarse con otros fondos de renta fija o variable para generar más rentabilidad al patrimonio depositado en estos productos.