Inversión, ¿es momento de entrar en los mercados latinoamericanos?

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Una de las ventajas de los mercados de renta variable es que pueden invertirse los ahorros en cualquier zona geográfica, desde la europea a los emergentes, pasando por otras industrializadas. Y dentro de ellas, una de las características es la que tiene como destino a los diferentes países suramericanos. Principalmente México, Brasil y Argentina.

Son procedentes de las llamadas economías emergentes, que tienen grandes posibilidades de revalorizarse, pero también sus riesgos son enormes, especialmente en los movimientos recesivos de estas economías internacionales. Con un a volatilidad en las cotizaciones de sus precios francamente elevadas, y por encima de otros mercados más tradicionales.

No solamente puede invertirse en estas áreas económicas en la bolsa directamente, sino también a través de los fondos de inversión especializados, y que pueden abarcar mayor número de acciones a través de carteras bien diseñadas por las gestoras. Y que cuentan con comisiones bastantes asequibles para todas las economías domésticas.

De hecho, en estos momentos, los analistas del mercado solo recomiendan el mercado mexicano, y es más, es uno de las opciones favoritas para estos profesionales, en detrimento de los otros países, que no parecen contar con la confianza de los mercados. Dicen que más adelante puede llegar su momento, pero no especialmente ahora.

Tienen el inconveniente que las acciones que cotizan en sus mercados no son excesivamente conocidas, y topan con la falta de información sobre ellas. Y con horarios en los mercados más difícilmente para seguir por parte de los pequeños y medianos inversores. No obstante, pueden tomar posiciones de forma muy leve en sus carteras, en no más del 10% sobre el conjunto del patrimonio invertido.

En cualquier caso, se conforma como una de las alterativas posibles que están a disposición de los inversores minoristas, en función de la evolución de sus mercados. Que dependerá de sus respectivos parámetros económicos, y muy vulnerables y dependientes de los grandes mercados internacionales, especialmente el europeo y norteamericano. Y que las hacen muy deseables a los inversores más amantes del riesgo, y de las grandes emociones en la renta variable.