Diversificar en la bolsa

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La estrategia más razonable para protegerse de posibles pérdidas no es otra que una oportuna diversificar en bolsa. En vez de invertir en un solo valor, lo mejor sería formar una cartera de inversión basada en 5 o 6 valores, que puedan desarrollar un importante potencial de revalorización, y que serviría para incrementar el patrimonio de los ahorradores.

Para que sea correctamente diseñada deberá partir de valores complementarios, pero nunca similares o procedentes de los mimos sectores bursátiles. Sería incidir en el mismo error anteriormente mencionado. Deben de escogerse los sectores que cuenten con mayores perspectivas de revalorización,

También sería altamente procedente que se recogiesen valores de plazos bursátiles diferentes, incluso de países emergentes o desde el otro lado del Atlántico, para que den una mayor profundidad de recorrido. La oferta es muy amplia, y siempre podremos recabar las opiniones de los expertos en estos mercados para detectar por cuales habrá que tomar posiciones.

Todas las propuestas deberán ser repartidas entre el capital que se va a invertir. Y de forma proporcional a nuestro perfil como ahorrador: moderado agresivo o conservador. Incluso, para estos últimos, se puede decantarse por compañías que hagan un reparto por dividendo más atractivo, por encima del 5% anual.

Como consecuencia de esta efectiva estrategia en renta variable, los usuarios conseguirán, que si por cualquier circunstancia, un valor sufre un descalabro en la cotización de sus precios, esté protegido por las actuaciones de los restantes.

Pero también porque no todos nuestros ahorros habrán ido a parar a esa empresa. Doblemente saldremos beneficiados de esta táctica que ya emplean un bueno número de inversores cada vez más experimentados.

Es más, pueden rotarse los valores en función de la evolución de los mismos, renovando la cartera regularmente a medida que se vayan cerrando posiciones. De cualquier forma, será una táctica muy prudente para quienes no deseen perder en pocos días el 20%, 30%, o incluso más de su capital invertido. Además, siendo fácil de aplicar ya que no requiere de un aprendizaje adicional, ni unos conocimientos necesarios sobre los mercados.