El Banco Santander es uno de los valores punteros de la bolsa española. Desde hace ya varios años se ha constituido en una de las apuestas más clara por parte de los pequeños y medianos inversores, ya que en esta acción una de las opciones más clara para rentabilizar sus ahorros, sin asumir demasiados riesgos.
Esta entidad financiera, no en vano, pertenece al exclusivo club de los “blue chips”, los cinco valores con mayor negociación de sus títulos en los parquets españoles. Asimismo está integrado desde hace varios ejercicios al “Ibex 35”, y es un punto de referencia en la renta variable europea, al ser uno de los bancos con mayor peso específico en el continente.
Pero sin duda una de sus principales aportaciones es el reparto de dividendo que proporciona a sus accionistas, uno de los más importantes en la bolsa española, aunque a partir de 2016 va a reducir su porcentaje. Ofrece cuatros pagos al año, lo que hace que los inversores más conservadores se fijen en este valor para elaborar su cartera de inversión.
Otro punto de referencia de este valor es la cierta estabilidad de sus precios a lo largo de los últimos años, en donde los inversores que hayan confiado en esta marca comercial han podido desarrollar suculentas plusvalías, no exentas de periodos de grandes dudas, como por ejemplo, los relacionados con el inicio de la crisis económica que se desató en las principales economías internacionales.
Su peso en el índice selectivo nacional es muy importante, casi decisivo, y se puede decir sin temor a equivocarse que su evolución lo condiciona decisivamente, en uno u otro sentido. Es más, van muy parejos y a veces es muy difícil disociarlos, como por otra parte sucede con otros valores no tan importantes en la evolución de la bolsa española.
A partir de todas estas constantes, será una de las opciones más claras que tendrán los inversores en su proceso de tomar posiciones en el mercado de renta variable, tanto en los de perfil más conservador, como en aquellos con postulados más agresivos.